sábado, 27 de marzo de 2010

Lo que nos dicen los cuadros

—Me sonrío— dijo la Gioconda — porque sé lo que estás pensando.

En el principio fue el heavy metal

—¿En serio me vas a llevar? ¿En serio?
—Si, hermano, te voy a llevar.
—¡Qué bueno! ¿Y falta mucho para que vayamos?
—Si, faltan más de diez días
—¿Y queda lejos? ¿queda lejos, che?
—No, no queda muy lejos
—¿Y vamos a viajar entren o en colectivo? Porque a mi el colectivo me da mareos
—En tren, en tren. Ahora dormite, que mañana tengo que levantarme temprano
—¿Y conseguiremos pasaje en el tren? Mirá si no hay lugar…
—Si, vamos a conseguir pasaje. Dormite
—¿Y mamá nos dejará ir?
—Si. Dormite, por favor.
—¿Y papá no querrá venir con nosotros?
—No se. Mañana le preguntamos. ¡Dormite de una vez!
—¿Y ya tenés las entradas?. Mirá si no hay más entradas.
—Por favor…
—Con lo que me gusta Metallica. ¿Mamá y papá me dejarán tatuar la lengua acá en el brazo?
—¡Esos son los Rollings! ¡Y dormite de una vez, carajo!
—¿Y va a haber que hacer mucha cola para entrar? Porque a mi me hace mal el sol
—¡Callate!
—¿Se puede llevar comida? Porque a mi la comida de adentro no me gusta. Aunque nunca la probé, pero los chicos me dijeron que era fea
—¡Callate o juro que te mato!
—Y hay que cuidarse si te convidan algo de tomar con una botella abierta, porque no se sabe qué pueden ponerle adentro
—¡¡Basta!!!
—Y hay que ver si nos dejan entrar con la cámara de fotos ¿no? Porque a mi me gustaría sacarme una foto con…¿cómo se llama el guitarrista?
—¡¡Basta, basta, basta!! ¡¡Dejame dormir!
—Y tendríamos que sacar entradas en el campo, porque se debe poner bueno el pogo…
El palo de golf silbó en el aire; y destrozó, con un golpe seco, la cabeza de Abel.
Caín, al fin pudo dormir en paz.

domingo, 14 de marzo de 2010

Planes de novios

Como que mi nombre es Romeo que cuando nos casemos, Julieta, vamos a vivir en una casita sólo con planta baja. Me tiene repodrido tu balcón.

Típico amor de domingo a la mañana

Jamás podría olvidarme de ti, Susana. Ehh… no, Patricia. No. Esperá, esperá; no me digas nada… ¿Verónica?...

Breve esquela de amor

Estimado Carlos: me dices que me regalas la luna y todas las estrellas. Preferiría, de ser posible, la cartera Néo Cabby de Louis Vuitton o la gargantilla con diamantes que vimos la otra noche.

domingo, 7 de marzo de 2010

Suspicious Minds

Elvis cantó
Suspicious Minds
allá por el ´69
y apenas promediaba nuestra infancia.

Puede ser, nomás,
que ahora
un Elvis
viejo, canoso, gordo
y con la voz cansada
esté en alguna falsa Graceland
riéndose con ganas.

Chi lo sá.

Pero ahora, nomás,
mientras conduzco
por las calles
de ésta Buenos Aires maltratada
y escucho en la radio
algún programa,
entre noticias y pronóstico del tiempo
se cuela ese otro Elvis
joven, canchero
y con su voz templada
hablándome a mí
en otro idioma
y a casi medio siglo de distancia
diciendo porqué pienso en vos
acá y ahora.
“...Because I love you too much, baby...”
Porque te amo como nunca, amada.

martes, 2 de marzo de 2010

Génesis, capítulos del 6 al 9

“…Y entonces, Moisés tomó una pareja de cada especie de pájaros, de ganado y de reptiles, para que pudieran sobrevivir. Además, recogió víveres de toda clase y los almacenó para que le sirviesen de alimento a él y a los animales. Cuando todo estuvo listo, Moisés entró en el arca junto a su familia, y se dispuso a cruzar el Mar Rojo…”
—Perdón, mi Señor —dijo el ángel—; me parece que se le están confundiendo los personajes y las historias…
—¿Quién escribe el Libro? — replicó Dios—: ¿vos, o yo?.

Genesi, capitoli dal 6 al 9

...Y la versión en italiano, publicada en "Il Sogno del Minotauro"

«… E allora Mosè prese una coppia per ogni specie di uccelli, di bestiame e di rettili, perché potessero sopravvivere. Inoltre, raccolse viveri d’ogni tipo e li immagazzinò per utilizzarli come cibo per lui e per gli animali. Quando fu tutto pronto, Mosè entrò nell’arca insieme alla sua famiglia, e si preparò ad attraversare il Mar Rosso…»
— Chiedo perdono, mio Signore — disse l’angelo — ma mi sembra che i personaggi e le storie si stiano confondendo…
— Chi scrive il Libro? — replicò Dio — tu o io?